Cuando tomamos una cena demasiado pesada o alimentos indigestos, nuestro estómago tiene que trabajar a un ritmo mayor que el habitual. Por ello, es probable que nos despertemos brevemente e incluso varias veces. Cada vez que lo hacemos recordamos parte de cada uno de los sueños que tenemos y por eso, al levantarnos, tenemos la sensación de haber soñado cosas más inconexas de lo habitual.
Fuente: Revista Quo
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