Los fabricantes de colchones y asesores en descanso solemos afirmar que la vida útil de un colchón está en torno a 7-10 años, dependiendo del material del que esté hecho.
Pero esa garantía sólo puede darse si el colchón, y el equipo de descanso en general, recibe constantes y apropiados, por eso es tan importante cuidar el colchón.
Los equipos de descanso tienen sus usos comunes para los cuales están diseñados y debemos limitarnos a ellos. Y para mantener todas sus propiedades de descanso y salud debemos seguir siempre las instrucciones de uso y mantenimiento. Realizar pequeños y cotidianos gestos para cuidar el colchón que a continuación se detallan y que olvidamos.
- Proteger el colchón con una funda de tela lavable que lo mantendrá a salvo de las manchas. Hay muchos tipos de fundas: las hay que pueden servir de empapadores para niños pequeños y otras que actúan como barrera para las personas alérgicas. Es cuestión de elegir la más apropiada para cada durmiente.
- Airear el colchón cada mañana. Retirar toda la ropa de cama durante al menos 20 minutos de forma que el colchón quede descubierto y pierda de forma natural el calor y la humedad corporal acumulados durante la noche.
- Aspirar el colchón y la base de vez en cuando con el instrumento apropiado, normalmente con el aspirador y su complemento para aspirar tapicerías.
- En caso de tener que limpiar manchas utilizar un jabón neutro diluido en gran cantidad de agua y secar o dejarlo secar totalmente antes de cubrirlo.
- Voltear el colchón de acuerdo a las indicaciones del fabricante cada tres meses para evitar las deformaciones por diferencia de peso y presión. En el caso de los colchones con una cara superior de espuma, el volteo es diferente por lo que es importante conservar las instrucciones del fabricante o consultar con el asesor de descanso.
- Al igual que no se debe jugar a saltar en él, evitar sentarse en el borde de la cama o apoyar objetos de mucho peso o punzantes sobre el colchón.
- Si se va a transportar, el colchón nunca debe enrollarse y no hay que olvidar que las asas están diseñadas únicamente para colocar el colchón sobre su base y no para soportar todo su peso, pues podrían romperse y rasgar la parte exterior del colchón.
- No pretender proteger el colchón nuevo con la funda de plástico con la que viene de fábrica u otra de parecidas características, pues se logrará el efecto no deseado: el colchón no transpirará y la humedad lo estropeará, independientemente de lo incómodo que resultará el descanso. La funda protectora ha de ser como se detalla en el primer punto.
Y llegado el momento de su renovación, es importante repasar las características y necesidades de cada persona, que pueden haber variado desde la última vez que adquirió un equipo de descanso, así como consultar el catálogo de su asesor en descanso que seguramente incorporará importantes novedades en descanso y salud. También llegado el momento del reemplazo, conviene recordar que el equipo de descanso ha de renovarse completamente, -un colchón nuevo sobre una base vieja raramente tendrá las propiedades en descanso para las cuales se diseñó-, y que los equipos de descanso ni se heredan ni se transmiten: si ya no satisface las necesidades de descanso de uno tampoco satisfará las de otro, aunque éste sea más joven o pese menos.
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