Todas las estaciones afectan en mayor o menor medida a la calidad de nuestro sueño, pero el verano se lleva la palma. Las altas temperaturas, el exceso de luz, el ruido provocado por nuestros vecinos (y nosotros mismos) al trasnochar, el hecho de que estemos de vacaciones y la continuación de las alergias hacen que nuestro descanso no sea siempre el deseado.
Desde nuestro blog, queremos compartir con todos vosotr@s unos cuantos consejos para dormir como lirones este verano.
Tanto el calor como la luz son muy estimulantes y nos mantienen despiertos. Mantener cierta oscuridad en la habitación,- con persianas bajadas o cortinas que no dejen paso a la luz (ni al ruido)-, durante todo el día ayuda a combatirlos.
El calor también se contrarresta con temperaturas frescas, gracias al aire acondicionado o ventilador, un grado medio de humedad y un buen colchón de gel. Si todo ello no fuera suficiente, una buena y fresca ducha justo antes de acostarte nunca falla, al menos hasta que concilies el sueño.
Por otra parte, pensamos que las alergias son cosa de la primavera y del otoño, pero también se dan en verano y más si nos centramos en las reacciones cutáneas avivadas por el calor. Estas impiden dormir y la falta de sueño, a su vez, agrava las alergias y reacciones. En definitiva, es el pez que se muerde la cola. Para paliar este hecho, aconsejamos mantener unos concienzudos hábitos higiénicos como cambiar las sábanas muy a menudo y ducharse y lavarse el pelo justo antes de acostarse (y de paso nos refrescamos).
Por último, nuestras queridas y anheladas vacaciones también afectan nuestro sueño, sobre todo si viajamos. Los patrones de sueño cambian al tiempo que nuestra rutina diaria. Evita reducir el número de horas de sueño: si trasnochas, levántate más tarde o practica la siesta. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá enormente! Y cuando llegue la hora de volver a la normalidad, hazlo progresivamente con pequeños reajustes y, de paso, … ¡Amortiguarás la llamada depresión postvacacional!
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