Todavía existen algunas dudas y prejuicios sobre los beneficios de la siesta. En ocasiones tras dormir la siesta nos entra dolor de cabeza, nos pasamos la tarde cansados…En dormitienda te contamos todo lo que necesitas saber para dormir la siesta perfecta y que no te afecte al resto del día.
¿Por qué es importante dormir la siesta? ¿Es sano? ¿Qué duración debe tener? ¿Qué debemos tener en cuenta?
En rasgos generales el objetivo de dormir la siesta es descansar un poco y recargar las pilas para poder pasar el resto de tarde con energía y luego por la noche no nos cueste conciliar el sueño. La duración de la siesta para descansar es suficiente entre 10 a 20 minutos, pero para mejorar la capacidad cerebral y aumentar la creatividad deberíamos dormir unos 45 minutos.
¿Qué momento es bueno para echarse la siesta? Teniendo en cuenta que nuestras energías disminuyen sobre las 13.00 y las 15.00 horas del día. Lo ideal es echarse la siesta tras haber pasado 30 minutos después de haber comido ya que el estómago está en funcionamiento.
Es importante adquirir la mejor postura, siempre evitando dormir boca arriba ya que puede provocar la aparición de apneas de sueño, ronquidos o reflujos.
Debemos tener claro que la función de la siesta es mejorar el rendimiento, la digestión, mejorar el bienestar global, evitar el estrés y favorecer las funciones cognitivas.
¿Qué debemos hacer para que no nos afecte al sueño nocturno? Una persona debe dormir entre 6 y 8 horas diarias para poder estar las 16 horas restantes despierto. Es importante descansar y hacer la siesta pero debemos tener en cuenta que una siesta muy prolongada puede perjudicar el sueño de la noche.
Dormir la siesta es uno de los mayores placeres de la vida, además es uno de los hábitos que aporta beneficios tanto para el cuerpo como para la mente, nos aporta tranquilidad y sosiego.
Nuestro ritmo de vida es elevado por eso es importante poder descansar entre 30-40 minutos tras haber comido, ayuda al corazón, disminuye la presión arterial y ayuda a combatir la hipertensión.
Dormir la siesta nos ayuda a tener un peso recomendable ya que dormir menos de cinco horas diarias hace que aumente nuestro peso, por lo tanto si dormimos tras la comida nos ayudara a mantener el peso.
Además, una siesta de 30 minutos es capaz de restaurar nuestro sistema inmune y endocrino tras una mala noche.
En cuanto al aprendizaje, la siesta también es beneficiosa ya que nos ayuda a concentrarnos y a rendir más. Las neuronas piden un respiro tras la comida, la siesta es una respuesta natural del organismo para recobrar las energías.
Nada mejor que una siesta para renovar la mente y el espíritu. En España, está considerada un deporte nacional, una actividad para algunos obligatoria que ha venido sumando más seguidores año tras año.
Los beneficios de esta práctica son muchos. Algunos de los principales es que ayuda a disminuir los niveles de estrés en más de un 37 %, además de que contribuye en la recuperación del sueño perdido y, más aún, le asegura a los que la practican un ritmo de vida mucho más sano.
¿Siesta en el sofá o en cama?
La siesta logra en quienes la practican mayor agudeza mental y reducir la fatiga. Por supuesto que siempre será la mejor alternativa hacerla desde la comodidad de una cama, ya que dormir en un colchón te evitará dolencias en la espalda, cuello y hombros debido a que no tendrás que hacer posturas forzadas para dormir, como puede ocurrir en un sofá. Dormir en una cama te evitará incluso posibles contracturas y te garantizará la renovación total. Pero si no se tiene la oportunidad de recurrir a la cama una opción puede ser también un buen sofá.
Además, dependiendo de la estación de año, no es del todo conveniente quedarse dormido en el sofá a no ser que haya ropa de abrigo necesaria para prevenir posibles resfriados.
Siempre debes recordar que dormir, aparte de ser uno de los mejores placeres, es también una función vital y muy importante para la salud física y mental. Está demostrado científicamente que cuando una persona duerme bien obtiene una serie de beneficios como por ejemplo: mayor concentración, claridad de ideas y productividad
Tipos de siesta por modalidad
Pues sí, la siesta es tan importante para el ser humano que a lo largo de los años la ciencia ha dedicado múltiples estudios que le dan un valor trascendental. Incluso, los estudios científicos han tipificado la siesta según las siguientes modalidades: por necesidad y por costumbre. A continuación sabrás de qué se trata cada una de ellas.
Siesta por necesidad
Este tipo de siesta consiste en “echar una cabezada” justo en ese momento cuando se siente o resulta cuesta arriba mantener los ojos abiertos. Por lo general, es la que se practica cuando por motivos laborales o por falta de tiempo no puedes dormir durante la noche el tiempo necesario.
Se ha comprobado que ayuda a reducir los riesgos de lesiones o accidentes que tienen que ver con la privación del sueño.
La siesta de costumbre
Esta se prevé con anticipación y, por lo general, la practican personas aunque no tengan sueño. Se le considera una siesta programada porque es un hábito que se cumple a una misma hora todos los días. Ese tipo de “descanso programado” es considerado un buen mecanismo para evitar lo que se conoce como cansancio posterior.
También se puede considerar dentro de esta modalidad, aquel sueño que podemos realizar sabiendo que a la noche posterior no vamos a poder dormir las horas aconsejadas.
Tipos de siesta por modalidad por tiempo
La ciencia también ha tipificado las siestas de acuerdo a la duración siendo estas: la de 30 minutos, la de 60 minutos y la de 90 minutos o más de una hora.
Sin embargo, también existen algunas referencias que sugieren o señalan una siesta de 10 minutos. Esta es una modalidad cuya duración es de apenas 10 minutos pero que deja beneficios inmediatos como mejorar la productividad y la concentración. También es llamada la siesta de la energía porque aunque sea más corta, sus efectos positivos se traducen también mejoras inmediatas de la somnolencia, la latencia del sueño, el rendimiento cognitivo y a la fatiga.
Siesta de media hora
Si bien esta siesta tiene muchos beneficios, existe el riesgo de que si se prolonga hasta los 30 minutos, el cuerpo comienza a entrar en la llamada etapa II del sueño, es decir, una de las primeras fases del sueño profundo. Si ésta no se alarga más de 30 minutos se evitará la sensación de perturbación. Estudios relacionados con este tipo de sueño señalan que sus efectos pueden contrarrestar el efecto hormonal producido por una noche de muy poco sueño.
Siesta de una hora
Para este tiempo ya es recomendable ir a la cama. Dormir más de 30 minutos y menos de 90 puede aumentar el riesgo de despertar con la pereza del sueño, dando lugar a una sensación de torpeza, atontamiento y perturbación similar a la que se siente con una resaca, que se resuelve en apenas media hora.
Las siestas de una hora (60 minutos) han demostrado que ayudan a sentir rejuvenecimiento, e incluso mejoran significativamente los recuerdos, en especial aquellos que tienen que ver con hechos recientes, con caras y con los nombres. Además de todo esto, dormir una hora contribuye a impulsar un estado de alerta hasta 10 horas más tarde.
Siesta de más de una hora
La siesta de más de una hora o de los 90 minutos es un descanso profundo en el cual se cumplen todos los ciclos del sueño, inclusive la fase del sueño REM. Su práctica contribuye en un despertar de la mente, puesto a que ayuda a la recuperación importante de la memoria, aparte de que ayuda a restaurar el sueño perdido. Sin embargo, aunque tenga muchos beneficios, nunca podrá sustituir el sueño nocturno de más de 8 horas seguidas.
Sobran las razones que demuestran que dormir la siesta es absolutamente saludable, al contrario del trasnocho que perjudica a la salud.
Aseguran los expertos que las personas que duermen sólo cuatro o cinco horas tienen menos esperanza de una vida longeva y prolongada, inclusive muchas posibilidades de una muerte súbita.
Mejora la salud desde todo punto de vista, ayuda a la circulación sanguínea, previene el estrés y el agobio, la presión, favorece y fortalece la memoria y el aprendizaje, al mismo tiempo que da la facultad para poder extender la jornada de trabajo.
La siesta ideal no debe ser superior a media hora, y una de 15 minutos ayuda a recargar las pilas, aumentando tu concentración y mejorando significativamente tu humor.
0 comentarios