Son muchos los factores que existen para conseguir un buen descanso diario, siendo uno de los más importantes, llevar una correcta alimentación.
La alimentación y el descanso van cogidas de la mano, una alimentación saludable antes de dormir influye en la calidad y durabilidad del sueño.
Debemos cuidar nuestra alimentación, evitar las cenas copiosas y bebidas estimulantes, alcohólicas o con cafeína.
Ingerir alimentos ricos en triptófano hará que descansemos mejor, el triptófano es un aminoácido que participa en la síntesis de la serotonina y melatonina, que juegan un papel importante en el organismo en cuanto a la regulación del sueño favoreciendo siempre el descanso. Exactamente la melatonina regula el ciclo de sueño-vigilia y la serotonina mejora el estado de ánimo, la saciedad y la regulación del sueño.
¿Qué alimentos contienen este aminoácido?
Alimentos ricos en proteínas como puede ser el pescado, los huevos, el pollo o el pavo, además de las legumbres como la soja y sus derivados, los frutos secos como las nueces y las almendras y las frutas como el plátano, la piña o el aguacate.
El organismo también requiere de otros nutrientes ricos en Omega 3, las verduras no deberían de faltar en la dieta.
Tener en cuenta todos estos aspectos resultara beneficioso para tu descanso y la durabilidad del mismo.
Además de saber que el descanso y la alimentación van cogidas de la mano también tenemos que tener en cuenta ejercicios de relajación para favorecer tu descanso, además de contar con un sistema de descanso acorde a tus necesidades, entra aquí para más información.
Dime lo que comes y te diré como duermes
La buena calidad del sueño puede ser tan importante para estar sanos como la buena alimentación, ya que es esencial para la reparación de los tejidos, el crecimiento, la consolidación de la memoria y el aprendizaje
Existen muchos factores que influyen en el descanso, los alimentos ayudan a que nuestro cuerpo descanse mejor y con ello tener una óptima calidad de vida.
El estilo de vida actual de la mayor parte de la población se asocia con un aumento en los trastornos asociados al sueño, y los hábitos alimenticios juegan un papel clave en la calidad del descanso.
Los alimentos que ingerimos durante las horas previas a acostarnos ejercen una gran influencia en el sueño, llegando a afectar a la duración y la calidad del mismo, por ello debemos tener muy claro cuáles son los alimentos que favorecen el descanso.
Las cenas excesivamente calóricas y el consumo de estimulantes durante las últimas horas del día, aumentan las hormonas estimulantes del sistema nervioso central, dificultando la conciliación de sueño. Por tanto, debemos terminar de cenar 2 o 3 horas antes de dormir, evitando las cenas copiosas, que hacen trabajar a nuestro estómago durante gran parte de la noche, haciendo que tengamos un sueño fragmentado.
Alimentos como el pescado, la carne roja, los huevos, los lácteos, los tomates, las legumbres como garbanzos y el arroz, son alimentos ricos en triptófano, un aminoácido que participa en la síntesis de la serotonina y melatonina y que juega un papel importante en el organismo en cuanto a la regulación del sueño ya que favorece que las noches sean más apacibles.
Una alimentación adecuada junto con unos hábitos de vida saludables puede evitar el tan temido insomnio y que nuestro descanso sea reparador para mantenernos activos a la mañana siguiente
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