Todos sabemos y sufrimos que la subida de la temperatura en los meses de verano nos provoca problemas de sueño.
Los estudios han calculado que la temperatura externa que el cuerpo necesita para dormir bien es de aproximadamente 21 grados, toda una utopía en muchos lugares de España. Al aumentarse esta temperatura idónea se produce una hiperactivación del metabolismo para adaptarse a la temperatura interior acorde con la exterior y una activación cerebral que incrementa los trastornos del sueño.
Lo único positivo es que a medida que pasa el verano nuestro cuerpo se adapta mejor hasta llegar a casi acostumbrarnos las últimas semanas de verano. Pero hasta llegar a este punto habremos sufrido muchas noches de insomnio y ya os hemos explicado que no disfrutar de un sueño reparador es bastante malo para nuestra salud. Dormir mal aumenta tus niveles de estrés y por tanto te expone a contraer más enfermedades.
Pero, ¿cuál es la temperatura adecuada para dormir en verano?
Ya hemos adelantado que la temperatura ideal es la de 21 grados. El motivo es que por encima de esta temperatura el mecanismo de refrigeración de tu cuerpo se pone en marcha e interfiere con el sueño. Aunque lo mismo ocurre si hace demasiado frío. Por debajo de 12 grados tu cuerpo tiene que aumentar la actividad para calentarse y te despiertas en medio de la noche.
Nuestro cuerpo no mantiene siempre la misma temperatura, todo lo contrario. Somos endotérmicos, es decir, regulamos nuestra temperatura corporal. A medida que avanza la tarde y anochece, nuestra temperatura desciende, desencadenando el sueño. La temperatura mínima de nuestro cuerpo se alcanza sobre las 5 de la madrugada.
Esto es debido a que nuestro cuerpo hace un balance entre absorción, producción y pérdida de calor para mantener nuestra temperatura corporal estable en 36-37ºC.
Y curiosamente la temperatura correcta varía de una persona a otra, es diferente en hombres y mujeres. Ante esto los expertos han calculado que la temperatura perfecta para el dormitorio debe oscilar entre 19 a 22 grados. Más calor o más frío y alguien tendrá problemas para dormir.
Y en verano es complicado mantener esta franja de temperatura pero siempre podremos recurrir a algunos trucos como utilizar sábanas de algodón o de seda y pijama de tejidos naturales, dormir de lado, ducharse con agua templada antes de acostarse, cenar pronto y poca cantidad e incluso hemos leído, pero no comprobado, el truco de poner las sábanas en el congelador un rato antes de irse a dormir.
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