A priori puede parecer que las vacaciones son un lujo pero lo cierto es que son una necesidad para mantener nuestra salud mental y física.
Existen varios estudios que demuestran que la desconexión de nuestra rutina hace que seamos más productivos, más creativos, más amables, más ágiles… que antes de tomarnos el merecido descanso.
Irse de vacaciones no implica de por sí la necesaria desconexión laboral. De hecho, según la agencia Randstad, más de la mitad de los españoles no consiguen desconectar de su trabajo durante las vacaciones. Es curioso que esa cifra se haya duplicado respecto a hace cuatro años, debido a que, por una parte la situación laboral actual hace que por miedo a perder el trabajo estemos más disponibles y por otra parte, a que las nuevas tecnologías y los smartphones nos hacen estar más localizables.
Según la misma agencia, el 42% de los españoles contestan llamadas y correos electrónicos relacionados con su trabajo durante sus vacaciones.
Hay otro factor que tampoco ayuda a desconectar y es que debido a la disminución de la plantilla en las empresas la carga de trabajo por empleado ha aumentado, por lo que los días, o incluso semanas, antes de irnos de vacaciones el estrés se dispara intentando dejar todo preparado.
Los consejos principales para llevar a cabo esa desconexión tan recomendada son:
Organizar nuestra agenda presente y futura de forma que dejemos claro el estado en que se quedan todos los temas y las tareas que quedan pendientes para la vuelta. De esta forma descargaremos la presión de recordarlo y nos podremos centrar en el descanso
Se recomienda no estar localizable salvo para casos de extrema emergencia. Para ello se recomienda programar un mensaje de aviso en nuestro correo electrónico que indique el día que volveremos a estar operativos así como delegar en otra persona tareas de nuestro puesto que puedan requerir atención durante nuestra ausencia.
Apagar el teléfono al menos durante las comidas.
No llevarnos trabajo para adelantar.
Disfrutar del ocio y tiempo libre con cabeza. No es recomendable salir todas las noches hasta el último día ya que nos pasará factura cuando queramos volver a nuestros hábitos después.
Hacer actividades en familia o con amigos. Es el momento de darles la prioridad que el resto del año les quitamos a favor del trabajo.
Dormir bien, hacer ejercicio físico y llevar una alimentación sana y equilibrada. Son las bases de un buen descanso y nos permitirán un equilibrio físico y mental que se reflejará en nuestra salud, nuestro humor, etc. afectando a nuestra vida social, familiar y laboral a nuestra vuelta.
Esperamos que os hayan servido estos consejos para que consigáis un descanso óptimo estas vacaciones.
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