Expertos aseguran que el bostezo ayuda a refrescar las ideas y es útil en situaciones de tensión.
¿Por qué abrimos tremendamente la boca durante el bostezo?
Siempre se ha relacionado el bostezo con el aburrimiento pero según los expertos, indican que el bostezo está más relacionado con la empatía que con el aburrimiento, esto es lo que explica el profesor Manuel Días Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina.
El profesor explica que el bostezo está relacionado con los ritmos diarios como pueden ser dormir, despertarse, relajarse y reproducirse. La teoría explica la relación de nuestra capacidad de empatía, apareciendo con mayor frecuencia en situaciones familiares o entre los amigos más allegados, es decir, cuanta mayor relación mayor será la frecuencia del bostezo.
Otros estudios han relacionado el bostezo con el hipotálamo, esta es la zona del cerebro encargada de regular las funciones más básicas como el sueño, el hambre, el comportamiento sexual o la temperatura del cuerpo. Con cierta relación también con la dopamina, que va disminuyendo a medida que nos hacemos mayores y esto es lo que explicaría el porque con los años bostezamos menos.
También se ha demostrado que el bostezo ayuda a suministrar el oxigeno. Otra teoría, el bostezo facilita la apertura de los alvéolos o de la ventilación del oído medio. Esto justificaría la manera de abrir la boca de manera tan forzada, aunque no hay estudios concluyentes.
La última hipótesis sostiene que el bostezo sirve para refrigerar el cerebro, lo que provocaría tener una mayor eficiencia y actividad mental. Esto también explica porque es tan contagioso el bostezo.
Según los investigadores de los ciclos de sueño y estrés, los mismo que hace referencia el profesor Manuel Díaz Rubio, los bostezos están relacionados con las fluctuaciones de la temperatura del cerebro, con lo que el bostezo tiene como objetivo mantener la temperatura, el bostezo solo ocurriría con un rango óptimo de temperatura.
¿En qué momento bostezamos más?
Según el estudio, el bostezo ocurriría en una temperatura ambiente cercana de los 20ºC, al mismo tiempo que aumenta el porcentaje de contagio. Por el contrario, con una temperatura cerca de los 38ºC, no se produciría el bostezo ni el contagio. El bostezo deja de ser funcional cuando la temperatura del ambiente es igual de caliente que la del cuerpo.
Aún así no está de más seguir el consejo del profesor Manuel Díaz, provocar el bostezo ante situaciones que te parezcan extremas y que produzcan tensión, de esta manera oxigenas y ayuda a relajarte.
¿Y porque no como forma terapéutica al igual que la risa?
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