Muchos estudios realizados nos enseñan que la calidad de nuestro sueño varía según los ciclos lunares y según sea su posición empeorando en periodo de luna llena. Científicos de la Universidad de Basilea han demostrado que los ciclos lunares y los comportamientos del sueño humano, están relacionados.
El ciclo de la luna llena se completa en aproximadamente 29,5 días y se caracteriza por cuatro fases visibles desde la Tierra: cuarto menguante, luna nueva, cuarto creciente, culminando con la luna llena.
Una imagen que genera incertidumbre en nuestra cultura, dados los mitos y leyendas publicados acerca de la misma. El ciclo lunar afecta a las mareas y al crecimiento de las plantas, incluso en el comportamiento de algunos animales.
Científicos de la Universidad de Basilea, en Suiza, han demostrado que los ciclos lunares y los comportamientos de sueño humano están conectados. Los resultados, publicados en la revista ‘Current Biology’, sugieren que, aún hoy, a pesar de las comodidades actuales, los seres humanos todavía responden a los ritmos geofísicos de la luna. La calidad de nuestro sueño varía según la posición de la luna y empeora en periodo de luna llena. Es decir, los biorritmos humanos se adaptan al ritmo astronómico.
Los datos muestran que tanto la percepción subjetiva como objetiva de la calidad del sueño cambió con los ciclos lunares. Alrededor de la luna llena, la actividad cerebral en las áreas relacionadas con el sueño profundo desciende, las personas tardamos más en conciliar el sueño y, en general, dormimos menos.
El ritmo lunar puede modular la estructura del sueño en los seres humanos, mostraron menores niveles de melatonina, una hormona que regula los ciclos de sueño.
Hoy en día, otras influencias, como la luz eléctrica, podrían enmascaran la influencia de la luna sobre los humanos. Durante el experimento y para descartar esta influencia de la cantidad de luz percibida durante la noche, se analizaron diversos aspectos como la estructura del sueño, la actividad encefalográfica durante la fase REM y la secreción de melatonina y cortisol. El estudio concluye que, la actividad de la luna sobre los humanos es visible y medible.
Estos son los resultados más interesantes que afectan al sueño: en días próximos a la luna llena, la actividad encefalográfica disminuyó un 30 por ciento, el tiempo para conciliar el sueño se incrementó en cinco minutos y la duración total se redujo 20 minutos. Estos cambios se asociaron con una disminución subjetiva del sueño y de la cantidad de melatonina segregada.
Independiente del estudio y de los datos extraídos de cómo el ciclo lunar afecta al sueño, ¿a quién no le gusta contemplar las noches de luna llena? Son noches mágicas, que nos ofrece imágenes maravillosas y espectaculares, noches llenas de luz que invitan a paseos y a relajarse viendo su imagen, así que puede ser que esta noche durmamos menos pero disfruta de estas imágenes que nos puede ofrecer.
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