¿Te apasiona leer en la cama antes de ir a dormir? Hoy te contamos cómo hacerlo sin que repercuta negativamente en tu musculatura. ¡No te pierdas estas 3 posturas para leer correctamente sobre tu colchón!
Leer antes de ir a dormir es uno de los hábitos más extendidos entre la sociedad. No solo nos ayuda a culturizarnos sino que nos permite viajar a otros escenarios y olvidar cualquier problema de nuestro día a día antes de conciliar el sueño. Una mala postura mientras leemos puede acarrearnos problemas en el sistema esquelético y muscular, sobre todo en la zona del cuello y la espalda. Por ello, para poder seguir disfrutando del placer de la lectura te detallamos las mejores posturas para leer en la cama.
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Mejores posturas para leer en la cama
Existen multitud de posturas para leer en la cama, pero no todas ellas son saludables para nuestra higiene postural. Leer de costado o boca abajo, por ejemplo, son posiciones muy extendidas entre los lectores nocturnos pero pueden causar dolores de espalda o cervicales que pueden derivar incluso lumbalgias. Para evitar estos problemas existen tres posturas que te permitirán leer en la cama en una posición relajada. ¡Toma nota!
1. Sentados con la espalda apoyada
Sentarnos sobre el colchón y apoyar la espalda en el cabecero o la pared es una de las posiciones más saludables para leer en la cama. Para evitar forzar la musculatura de la espalda deberemos utilizar una almohada lumbar de lectura para recoger esta zona.
La iluminación también es un punto importante a tener en cuenta ya que una luz demasiado tenue hace que forcemos la musculatura del cuello y entremos en tensión. Asimismo, acercarnos demasiado el libro por una mala iluminación también puede suponer dañar nuestra vista. En este sentido lo ideal es que contemos con una luz desde el techo que ilumine correctamente toda la habitación o contar con un foco que provenga desde detrás de nuestra cabeza, de esta forma evitaremos malas posturas.
2. Tumbados con el libro al frente
Tras un día ajetreado en el trabajo lo que más nos apetece al llegar a casa es acostarnos y dejar descansar nuestra espalda. Para leer en esta postura lo más aconsejable es tumbarnos boca arriba y colocar un almohadón bajo las rodillas para facilitar que la espalda esté totalmente apoyada en el colchón y la musculatura de las piernas no esté en tensión.
En esta posición deberemos sostener el libro a la altura de los ojos a una distancia de entre 30 a 40 centímetros para poder leer perfectamente sin forzar la vista. Para evitar que nos duelan los brazos, podemos flexionarlos ligeramente y apoyar los codos sobre el colchón. Asimismo, situar una almohada detrás del cuello permite elevar ligeramente la cabeza para visualizar mejor el libro.
3. Tumbados con el libro sobre las rodillas
A pesar de que la posición anterior nos asegura una higiene postural de la espalda completa, sostener el libro a la altura de los ojos durante un periodo prolongado de tiempo puede terminar por cansar nuestros brazos. Para evitar que los brazos se vuelvan pesados podemos situar un cojín sobre las rodillas o el vientre y apoyar el libro sobre el mismo. De esta forma no tendremos que soportar el peso del libro y prevendremos la aparición de dolores en codos y manos.
Para encontrarnos más cómodos en esta postura y tener el libro frente a nuestros ojos deberemos situar una almohada de lectura tras el cuello que nos permita elevarnos. Este cojín tiene que cubrir desde la parte más alta de la cabeza hasta la parte inferior del omóplato para asegurarnos que la zona queda totalmente recogida y no existe peligro de lesión.
Una buena higiene postural es esencial para evitar problemas musculares que deriven en lesiones permanentes. Leer con la cabeza torcida, por ejemplo, no solo puede derivar en dolores en las cervicales o cefaleas sino que puede desencadenar una contractura muscular o un dolor miofascial en la zona del músculo esternocleidomastoideo. Este tipo de dolor es más conocido como punto gatillo y se trata de un nódulo hipersensible en la musculatura esquelética que puede causar desde dolores referidos hasta mareos o rigidez.
Habituarse a leer en una posición cómoda como las que presentábamos y utilizar las mejores almohadas para recoger la zona lumbar y cervical son las mejores formas de evitar este tipo de lesiones o dolores y disfrutar de la lectura en la cama.
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