La música despierta nuestro cerebro, lo estimula, y esto le resulta placentero. Cuando la estamos escuchando, nuestro cerebro libera la dopamina que es la sustancia fundamental del placer y la felicidad. La música que es de nuestro agrado aumenta nuestra relajación favoreciendo el aumento de la concentración. Por esta razón, es beneficioso trabajar o estudiar escuchando música que nos relaje, evitando así distraernos. También la música nos activa cuando escuchamos nuestra canción favorita nos dan ganas de bailar, de saltar, aceleramos nuestro movimiento, nuestro ritmo físico, disminuyendo también la ansiedad y el estrés.
¿Sabías que existe la musicoterapia?
Pues sí, muchas personas acuden a este tipo de terapia en la que se utiliza la música para asistir a necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas. Incluso se aplica en la medicina para tratar enfermedades como el Alzheimer, autismo, demencia, personas con SIDA, entre otras. La música afecta a nuestro estado de ánimo. Puede llevarnos a un estado de tristeza, nostalgia, o bien ponernos súper contentos. Esto es porque las canciones al final nos acaban llevando a nuestros recuerdos, vivencias, tanto si son negativos como positivos.
La música ha estado siempre en nuestras vidas, desde que somos bebes hasta edad adulta. Desde canciones de cuna, canciones de aprendizaje, canciones de nuestros grupos favoritos, las bandas sonoras de nuestras películas, etc.… Siempre está presente en fechas importantes como nuestros cumpleaños, nuestras fiestas de fin de año, las fiestas de fin de curso del colegio, nuestras bodas… por lo que es innegable que existe una conexión mágica entre la música y nosotros. Llega a ser tan necesaria en nuestras vidas, que incluso hay personas que desde que se levantan hasta que se van a la cama la están escuchando.
Pero ¿es tan bueno como pensamos escuchar música antes de dormir? Muchísimas personas lo hacen, pero a veces sino elegimos bien no es tan saludable como pensamos. Esas canciones se quedan en nuestra mente como un earworms o gusanos del oído, o lo que es lo mismo, la típica canción que no nos podemos quitar de la cabeza. Esta expresión la popularizo Stephen King después de haber pasado una mala noche y darse cuenta de que estaba cantando sin parar una canción que no le gustaba, ¿lo habéis experimentado alguna vez? Pues si es molesto durante el día, imaginaros por la noche cuando os vais a dormir, debemos evitar que la música nos distraiga del descanso. Cuando nos vamos a la cama a leer o escuchar música, la postura que adoptemos es fundamental, por eso hay que posicionar la almohada de una forma correcta entre la cabeza y la espalda, y que las piernas estén perfectamente apoyadas en el colchón, consiguiendo relajar el cuerpo y la mente. Muchos estudios revelan la influencia que tiene la música en nuestras vidas y por ellos son muchas las aplicaciones que te ayudan a confeccionar tu playlist favorita disfrutando cada día de tus mejores canciones.
En Dormitienda no solo fabricamos Colchones para mejorar el descanso de nuestros clientes, sino que además el cambio de costumbres nos ha llevado a desarrollar una linea de almohadas viscoelásticas, de fibra o de látex para cada necesidad o postura que adoptemos en la cama.
Hay personas que les gusta escuchar música mirando hacia arriba, otra de lado y otras sentados, ¡y para cada una de ellas hay un modelo que seguro que se adapta para que disfruten de su música favorita consiguiendo el objetivo deseado…relajarse!
Por ello te recomendamos no subir en exceso la música de tus cascos haciendo un buen uso del volumen ya que podemos perder audición y dañar a la memoria. Son muchos los estudios que nos demuestran que la música existe desde hace millones de años y que nació de la comunicación entre los seres humanos.
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